La UASLP culpa al Estado por su crisis, pero mantiene congeladas sus cuotas desde 2020 y no ha ajustado su propio gasto.

La Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) atraviesa una situación económica complicada derivada principalmente del congelamiento de cuotas estudiantiles desde 2020 y de una falta de ajustes internos para hacer frente a la nueva realidad presupuestal.

Aunque la gratuidad educativa se estableció en 2019 como un derecho constitucional, la universidad decidió mantener los cobros de inscripción y reinscripción, pero los congeló durante la pandemia. Esa medida, que debía ser temporal, se ha prolongado cinco años y ha generado pérdidas acumuladas por más de 274 millones de pesos, según sus propios informes financieros.

A pesar de los incrementos constantes en los subsidios federal y estatal, la institución reconoce que su poder adquisitivo disminuye porque sus gastos crecen más rápido que los recursos que recibe. De acuerdo con los documentos presupuestales, los ajustes por inflación no han sido compensados con una planeación financiera interna.

En el caso del Gobierno del Estado, la administración de Ricardo Gallardo Cardona ha mantenido el compromiso de apoyar a la UASLP con más de 500 millones de pesos en 2025, recursos que se transfieren conforme a los calendarios administrativos y disponibilidad presupuestal.

El reto para la universidad es replantear su modelo de ingresos y egresos ante la política nacional de gratuidad, sin comprometer la calidad académica ni la estabilidad laboral. El Estado, por su parte, ha reiterado su respaldo a la institución, pero con la necesidad de que también haya un uso más eficiente de los recursos públicos.