San Luis Potosí se consume… van ¡29 días de sufrimiento ambiental!

Todo comenzó el pasado 17 de abril. Ese día, parecía uno normal en la vida política y social de los potosinos. Así pasó parte de la mañana, un poco más de la tarde, hasta que de pronto, a las 16:00 horas, aproximadamente, una humareda al norte de la ciudad, llamó la atención de las personas, pues eran grandes cantidades de humo que se desprendían de entre los cerros de la Sierra de San Miguelito y parte de la Sierra de Álvarez. Minutos más tarde, se confirmó un incendio en la vegetación de la zona, que poco a poco avanzaba y se volvía más poderoso.  

Hoy, 13 de mayo, 29 días después, el fuego en esa zona de San Miguelito sigue dañando la biodiversidad del lugar, dando imágenes lamentables donde animales y distintas especies de flora, han muerto quemados, sin poder hacer nada.

Las autoridades estatales han preferido aferrarse a la esperanza de que, con el equipo y la gente local, el fuego desaparecerá muy pronto. No ha querido pedir ayuda federal, solo ha trabajado a través de coordinaciones equivocadas, dejando fuera la posibilidad de declararse en Alerta Ambiental, cuando ya han sido consumidas más de 7 mil 500 hectáreas en una sola sierra.

 

LA TRAGEDIA AÚN CONTINUA…

Luego del incendio en San Miguelito, como si se tratase de un acto intencional o de burla a las autoridades, se registraron más alertas de fuego en partes serranas de Rioverde, otro más en El Nacimiento, en el mismo municipio; otro en los límites de Guanajuato con SLP; recientemente, en Cerro de San Pedro, en los cerros de Chuiquihuitillo y La Reposa; además del registrado en Matehuala.

Luego de 17 días transcurridos, autoridades de Protección Civil Estatal y Municipal, así como Seguridad Pública del Estado, afirmaron que, después de trabajar “ardua y coordinadamente”, el fuego se había extinguido en la Sierra de San Miguelito. Pero la realidad les tumbó esa versión, porque el 7 de mayo, el humo reapareció, haciendo frente al desinteres inicial del Gobierno Municipal y Estatal. El fuego se había reactivado en uno de los pulmones más importantes de la ciudad.

Los fuertes vientos y la imprecisión de la dirección que seguirá, fue lo que causó que volviera el fuego a la Sierra de San Miguelito, según lo dicho por las autoridades. También afirmaron que no se trataba de fuego, sino de humo que había estado avanzando gracias a la fuerza de los vientos. Ese mismo día, al caer la noche, una gran luminosidad roja permanecía en el cerro.

Lo mismo ha sucedido con el siniestro en Cerro de San Pedro, que se dijo que luego de haber iniciado, dos días después ya no existía tal. Y nuevamente, confirman una reactivación.

Y así, hasta hoy, el fuego ha continuado haciendo de las suyas, afectando hasta el momento, 15 mil 500 hectáreas de flora, de las cuales 7 mil 500 corresponden solamente a la Sierra de San Miguelito. ¡Una tragedia ambiental!

Aunque no se ha confirmado, y bajo el argumento de que hasta que no se extingan en su totalidad, se podrá investigar y determinar las verdaderas causas de los incendios, es cierto que el viento ha jugado parte importante en la presencia de los siniestros.

Aunque por otro lado, la captura de un supuesto incendiario, quien fue descubierto cuando prendía fuego a la Sierra, cerca de San Miguelito, deja en duda y alimenta la versión de que podría tratarse de una acción iniciada con ventaja. Un argumentado dicho desde el inicio de las circunstancias, por comuneros y ejidatarios de esta zona y de San Juan de Guadalupe, acusando que se trata de afectar el territorio para la construcción futura de fraccionamientos “fifí”. El tiempo dará la razón o desmentirá a los que defienden su tierra del poder político y económico que rodea estos negocios.

Se ha hablado de la llegada de especialistas en la materia, provenientes de Guanajuato, también se confirmó la llegada de brigadistas del Estado de México, así como de dos helicópteros de la Fuerza Aérea Mexicana y de la Policía Federal, quienes guían y contribuyen en la sofocación del fuego en el estado.

Más de 500 personas participan en esta difícil tarea, entre voluntarios, brigadistas, comuneros, ejidatarios y algunos servidores de Gobierno. Sin embargo las manos siguen haciendo falta. No es suficiente.

Equipo especializado también hace falta, tales como chalecos protectores, zapato industrial tipo rudo, guantes, cascos, lentes, vestimenta especial, entre muchos otros utensilios. La ciudadanía ha sido solidaria en cuanto a la donación de víveres, pero no en la herramienta antes mencionada. Tal vez haga falta la participación del sector industrial, aquellas empresas que cuentan y a las que se les facilitaría apoyar con equipo.

 

 

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