Miércoles de Ceniza. Los jóvenes potosinos, los más alejados de Dios, coinciden feligreses

La llegada del Miércoles de Ceniza, da por iniciada la celebración católica más importante y sagrada para las personas, pues marca la oportunidad  de una renovación espiritual, en espera de reivindicar el amor y agradecimiento a dios. Cada año, millones de fieles se reúnen durante el día en todos los templos católicos del mundo, para ser participe y recibir la cruz de ceniza, símbolo de que «Polvo eres y en polvo te convertirás». 

Se pide a las personas, también, que este día confiesen su pecados, pues se trata de ser un día para reconocer la propia fragilidad y mortalidad. La tradición pide mantener el ayuno, en representación como un sacrifico ofrecido a dios, para purificar el alma a través de la oración, así mismo se evita comer carnes rojas hoy y en Semana Santa (Jueves y viernes santos).

En San Luis Potosí, al ser una de las ciudades en el país con mayor cantidad de fieles, los distinto templos se ven visitados por las personas a lo largo de todo el día. Las iglesias abren sus puertas desde las 6 de la mañana y, algunas, cierran hasta oficiar la última misa, que es a las 10 de la noche.

El Miércoles de Ceniza, lo explica un sacerdote en la Iglesia de San Agustín, «es el tiempo de pedir perdón, de estar en reconciliación con dios, usar la penitencia, que es la confesión […] la cruz significa que estamos dispuestos a hacer un cambio en nuestra vida, de hacer algo positivo, tenemos que recordar que tenemos que hacer una conversión, esa palabra tiene que ver mucho en la cuaresma».

Los representantes de la religión católica han optado, en los últimos tiempos, de incluir e invitar a los jóvenes, pues hoy en día «ya no creen en Jesús, ya no tienen esperanza en dios, se centran en lo mundano, en el libertinaje […] yo invito a todos los jóvenes a que se sientan llamados por dios, y que renazca ese amor hacia dios y hacia ellos».

Para las personas adultas, es algo que practican desde niños, gracias a que se les fue inculcado por sus padres, «es una tradición de mis abuelos, una costumbre, es algo que se lleva toda la vida», por eso consideran que desde «chiquillos» hay que enseñar a los jóvenes, en la actualidad, pues esto ayudará a que sean mejores personas.

Alondra, de 13 años, una niña potosina, de las pocas jóvenes que son vistas en los templos este día, expresó que desde que lo recuerda ha venido a tomar ceniza. Para ella es importante venir este día, para que «dios nos salve», «la ceniza recurre a todo». Consideró que los jóvenes necesitan estar cerca de dios y que así, puedan considerarse hijos de dios».

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