Familias visitan a sus difuntos, hasta casi a la media noche, este Día de Muertos

Este 2 de noviembre, «Día de Muertos», cientos de familias y miles de personas, abarrotaron los distintos cementerios de la zona metropolitana, para recordar de sus difuntos, lo que les gustaba comer, escuchar, hacer y decir.

En el exterior de los panteones, se instalaron decenas de comerciantes, que ofrecieron de todo: flores naturales, flores artificiales, globos con dedicatoria, rehiletes, plantas de Cempasúchil, guías de globos, y no se diga diversidad de comida y botanas.

Como es sabido, los costos de las flores incrementaron un 50% su costo del que, normalmente, se ofrecen el resto del año. Las flores como rosas, clavelea, gladiolas y de Cempasúchil, se vendieron un poco más caras que el año pasado, según dijeron algunos visitantes.

Pero eso no fue un impedimento para que las personas compraran vistosas y coloridas flores, para adornar la tumba de sus faniliares que se fueron hace uno, dos, tres o más años, incluso, algunos vivieron recientemente la pérdida denun ser querido.

Normalmente, las puertas de los panteones se cierran en un horario de 5 a 6 de la tarde, de lunes a domingo, pero este Día de Muertos, se anunció el cierre hasta las 11 de la noche.

Así, cientos de personas permanencen en los panteones aun, otroa llegan de última hora, ya oscureciendo, pues lo más importante es no dejar pasar este día tan importante para demostrar que nuestros seres queridos siguen siendo recordados y así, vivos.

Los grupos musicales, compuestos por entusiastas músicos, se mueven de tumba en tumba ofreciendo una melodía a quien lo desee, a un costo de 120 pesos por canción.

Las interpretaciones como «Amor Eterno», «Nadie es Eterno en el Mundo», «Que Falta me Hace Mi Padre», «Hermoso Cariño», «Me Refiero a Ti», son de las más pedidas.

Otras familias prefieren llevar una bocina y escuchar junto a la tumba de su familiar la música que escuchaba en vida, que puede ser de distintos géneros, como Los Temerarios, Cumbias, Norteñas y Románticas.

Los tambos de basura lucen totalmente repletos de basura de flores, envolturas de celofan, tablas de madera, cartón y restos de comida y refrescos.

Los niños corren entre los pasillos y los adultos le lloran y conviven en familia, frente a la lápida con el nombre y fecha de su difunto.

Se hizo de noche y la oscuridad comienza a advertiles que ya es tarde y hay que retirarse, para volver después, sino es que hasta el próximo año.

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