Desde hace 26 años, doña Ofelia disfruta embellecer las plazas del Centro Histórico

Desde hace 26 años, la señora María Ofelia Ortiz camina las distintas plazas públicas con una escoba y un práctico recogedor. Su objetivo: eliminar todo aquel resto de basura que haga parecer sucio lo grandioso de los árboles, fuentes de agua, bancas, y explanadas, de todos los espacios públicos en el primer cuadro de la ciudad.

Una plaza, personas y visitantes diferentes, es lo que disfruta cada día de vida, junto a su escoba y un recogedor. Algunas ocasiones, Ofelia y sus compañeros se enfrentan a uno de los enemigos de la naturaleza, que no les permite realizar como quisieran su trabajo: la lluvia. «El calor, el frío, se sobrellevan, pero la lluvia es lo más difícil para nosotros», señala. Aun así, es feliz al barrer y dejar un cambio para el disfrute de los demás.

Desde las 4:40 de la mañana, inicia una jornada diaria para Ofelia, la cual inicia con la preparación de los alimentos para su familia: «comienzo a cocinar lo que va a ser mi lonche, después dejo desayuno para los demás, para poder salir de mi casa a las 6 de la mañana en punto». a las 6:30 hrs, llega a su trabajo, se integra con sus compañeros y luego de recibir indicaciones sobre la zona de la que se encargará de embellecer, se dispone a iniciar «la aventura de hoy».

Al terminar sus labores, recorre algunas tiendas para realizar compras, entre ellas, carne, verduras o realizar pagos pendientes del hogar. Después, llega a casa, descansa un poco, si puede ve la televisión, para pasado un tiempo, dedicarse a la siguiente jornada: comida, quehacer, atender a los hijos y lo que se pueda presentar.

Madre de familia y una mujer trabajadora desde casi toda su vida, Ofelia tuvo un accidente hace apenas 6 años, situación que la dejó afectada de un tobillo, luego de ser intervenida, pero «no quedé bien». Por esta razón, adaptó un bastón que utiliza para desplazarse al caminar, junto a su herramienta de trabajo, que es el recogedor. Así, apoyada con un brazo de la escoba, y del otro, con el recogedor, avanza cada metro de cada plaza en el Centro, para desaparecer restos de basura, y que los edificios emblemáticos de San Luis Potosí, luzcan bellos para todos.

Antes tenía dos trabajos, sin embargo, debido al accidente que sufrió, decidió quedarse solo con el de barrer y embellecer el las históricas plazas.

En del Día Internacional de la Mujer, a doña Ofelia le encantaría salir a disfrutar de una tarde, saliendo de trabajar; con sus amigas, de ir a comer a un «lugarcito accesible», platicar y no saber nada de quehaceres domésticos, comida o pendientes del hogar.

Sí algo ha aprendido la señora Ofelia a lo largo de su vida, de su trabajo y en su familia, es que las mujeres son capaces de realizar las mismas actividades o profesiones que los hombres. Sabe que es difícil, a veces, desarrollar campos, porque requieren de un mayor esfuerzo, que los hombres habrían sin dificultad, «pero se acostumbre uno, no hay nada difícil», dice al finaliza con un mensaje a todas las mujeres en su día: ¡No tenemos alternativa, más que echarle ganas, las mujeres han demostrado que pueden hacer más cosas, el mundo está cambiando y la sociedad, con él! 

 

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