Hipersexualidad, la adicción al sexo… ¿Sabes, cuáles son los síntomas y las consecuencias?

La hipersexualidad es una adicción al sexo o una conducta sexual compulsiva, donde el individuo pierde el control del deseo y podría desencadenar una pérdida de placer.

Hasta ahora sabemos que el sexo es sano, bueno y normal, incluso tiene múltiples  beneficios para la salud, pero cuando éste excede los límites de actividad podría generar consecuencias negativas en el organismo.

La hipersexualidad es identificada cuando la persona pierde el autocontrol y cuenta con un deseo desenfrenado de tener actividad sexual, física o cibernética; se desatienden las tareas cotidianas y se deteriora la comunicación, así lo señaló la UNAM.

Gabriela Orozco Calderón, académica de la UNAM, alertó sobre las consecuencias negativas de una adicción al sexo y las consecuencias negativas que conlleva esta condición.

Las personas que sufren de hipersexualidad, adicción al sexo o conducta sexual compulsiva tiene comportamientos sexuales que no son capaces de evitar por la ansiedad que eso implica.

Esta adicción al sexo, hace que se pierda la libertad, ya que se crea una dependencia; se gesta en la mente y se asocia con anormalidades cerebrales.

Esta adicción funciona como lo son las adicciones a sustancias nocivas o juegos de azar ya que al igual que en estas existe una dependencia física y psicológica.

Cúando existe una dependencia al sexo, se empiezan a descuidar actividades cotidianas, se deteriora la comunicación y el afecto por las demás personas.

“El sexo se usa para reducir estados de ansiedad, es un medio para disminuir el malestar emocional por baja autoestima e insatisfacción personal”, señaló Orozco Calderón.

La académica explicó que se convierte en dependencia física cuando el cerebro ya cambió debido a esa adicción; se vincula más con el síndrome de abstinencia y la persona debe generar esa conducta para evitar malestares.

La dependencia psicológica, se presenta como ansiedad por tener sexo y sentir gratificación. Desde la farmacología conductual, se asocia con el aumento de dopamina, en la que se activa el circuito de recompensa.

El sexólogo Juan Carlos Acosta explicó que a las mujeres quienes padecen  hipersexualidad se les conoce como ninfómanas y a los hombres sátiros.

Los síntomas son deseo intenso, ansia o necesidad de concretar la actividad placentera. Prosigue la pérdida progresiva del control de la actividad placentera, aunado a esto el descuido de las actividades habituales: académicas, laborales o de esparcimiento. Además de estar a la defensiva y negar el problema.

Todo esto genera que genera una  conducta adictiva llega hasta en presentar lesiones, heridas o dolor en los geniales. Debido a un comportamiento sexual compulsivo

Orozco Calderón explicó que existen cinco posibles etapas del comportamiento sexual compulsivo:

Descubrimiento

Experimentación

Escalada

Compulsión

Desesperanza

La primera llega cuando se tiene sexo placentero; la experimentan jóvenes con estímulos sexuales no reales, y luego con otras personas.

En la escalada el individuo necesita sentir cada vez más gratificación, y luego lo hace de manera compulsiva, pero aunque tenga sexo no se sienten bien y llega la desesperanza.

La clasificación internacional de enfermedades (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que todavía no hay información definitiva sobre los procesos involucrados en el desarrollo y mantenimiento de la conducta sexual compulsiva.

“Su comprensión evolucionará en la medida que la investigación aclare sus fundamentos neurobiológicos; Sin embargo, es difícil llevarla a un laboratorio, porque esta acción se hace en privado”, explicó Gabriel Orozco.

Sobre el sexo por Internet o cibersexo, se habla que  no es una conducta reciente, y ya empieza a estudiarse en el mundo.

En esta adicción es mucho más fácil que las personas tengan acceso a una gran variedad de contenido sexual para satisfacer su necesidad. Pueden hacerlo a través de celulares, llamadas telefónicas o sitios de pornografía.

“En vez de estar con la pareja, la persona prefiere obtener placer sexual por Internet; gasta muchas horas en chats eróticos, busca cibersexo en el anonimato para realizar fantasías que no concretaría en la vida real. Regularmente alterna Internet con llamadas eróticas y se masturba mientras está en el chat o viendo un video”, expresó.

CON INFORMACIÓN DE LA UNAM

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