Jerson, quien cursaba la secundaria, tenía como uno de sus máximos sueños el poder ser futbolista profesional, en marzo pasado, el joven tuvo la oportunidad de viajar a la Ciudad de México para poder hacer visorias con las Águilas del América y tratar de ganarse un lugar en las fuerzas básicas del equipo, desafortunadamente su viaje fue cambiado de fecha, por la pandemia del coronavirus, y sería el día 15 del próximo mes, cuando el joven pudiera cumplir su sueño, que lamentablemente una bala le arrebató.
EL miércoles 27 de mayo, este joven se dirigía junto con un amigo a las canchas para practicar el deporte que más le gustaba, cuando de pronto un auto Jetta color blanco se acercó por detrás de ellos y un sujeto les disparó con una metralleta desde el coche, Christian, quien era amigo de Jerson, cayó inmediatamente enfrente de una casa, mientras que Jerson corrió sin darse cuenta de que una bala impactó en el, perforando su pulmón.
El pequeño futbolista que tomó rumbo hacia la casa de una tía, que vive cercana a las canchas, no aguantó mucho y cayó al suelo en el trayecto, con uno de sus pulmones perforado, rápidamente sus padres llegaron al lugar del suceso para ver a su hijo, donde las últimas palabras del joven antes de entrar en shock fueron: “No me quiero morir papá, no me dejes morir”.
Ya en el hospital, el joven perdió la vida y sus padres regresaron a casa con el corazón partido encendiendo una veladora en la habitación del chico, donde su cama la cubría el escudo del equipo de sus amores y del que pudo llegar a ser parte, además de una foto con los exfutbolistas del las Águilas, Rubens Sambueza y Moisés Muñoz.
