El que parecía ser un atractivo espectáculo de dinosaurios robotizados para los potosinos, parece no haber cumplido expectativas, por la falta de producción y por cuestiones técnicas y logística que molestaron a los espectadores.
De acuerdo a algunas denuncias de las personas que han acudido a este show de fantasía, la pérdida de tiempo y tener que formarse por horas, es la principal molestia. La razón es que, para hacer la compra de boletos hay fila. Para entrar a la zona 1, que es la primera parte del espectáculo, la fila se puede volver interminable y, según, un testimonio, las familias, entre niños y bebés, tienen que esperar más de una hora para poder entrar.
Luego de estar alrededor de 10 minutos en la sala 1, donde hay solamente 6 muestras de robots de dinosaurios, la gente debe salir y caminar alrededor de 200 metros para ¡volverse a formar para entrar a la zona 2, misma fila que puede representar hasta dos horas de espera!.
Las personas que han acudido en familia, reportaron que debido a este mala organización para que el recorrido sea continuo sin cortar la emoción de los niños, es desgastante y molesto, pues al final de cuentas, para disfrutar de un espectáculo de 20 minutos, hay que esperar hasta 2 horas y media.
Aunado a ello, exclamaron que el poco movimiento que poseen los dinosaurios y la explicación inaudible de los guías del show, genera que los niños se desencanten de ver los ejemplares. Dijeron que sólo rescatarían 3 o 4 muestras que valen la pena, el resto resultó ser poco espectacular.
En la siguiente imagen, se observa como la gente tiene que hacer fila tanto en la primera zona como en la segunda, exponiendo a los menores a que se atraviesen a los carros dentro y fuera del estacionamiento de la Plaza Tangamanga.
Debido a que la actividad estará hasta el mes de agosto, piden que mejoren la manera de disfrutar del show y mejoren sus instalaciones, pues familias enteras han tenido que desistir de ingresar a la segunda parte, después de haber pagado su boleto de $110 pesos.
