Áreas «verdes» secas, piletas de agua sucia y verdosa, piso de adoquín roto y con huecos, falta de luminarias, y las que hay, están rotas; barandales que rodean las zonas de pasto, rotas; basura, grafiti, y un evidente abandono de personas que prefieren caminar por las orillas que cruzar entre sus pasillos; es como describiríamos a la conocida y tan tradicional, hasta hace tiempo, la Alameda Juan Sarabia.
Actualmente, este parque central en el Centro Histórico de la ciudad de San Luis Potosí, se encuentra en las peores condiciones, de los últimos años.
El director de Servicios Municipales en la Capital, Gonzalo Benavente González, ha declarado que no existe un plan de rescate para la Alameda, y que posiblemente se hagan algunos trabajos de limpieza, pero hasta después de celebrarse la Semana Santa; fecha en que llega turismo nacional e internacional, justamente, al Centro Histórico.
Recientemente una turista externó su sorpresa luego de ver las condiciones del parque, declarando que pensó que seria derrumbado, debido al deterioro que presenta.
Con toda seguridad, el turismo que visite la Capital Potosina, se llevará la peor de las percepciones sí camina en la Alameda, de noche; y peor sería que cayera en algún bache de adoquín o que fuese víctima de la delincuencia.
Aquí, se conjugan todas las malas referencias de un lugar público, como es la inseguridad, abandono, falta de rehabilitación, falta de alumbrado, basura, hostigamiento de los lava carros, etcétera.
A pesar de poseer las características propicias para ser un lugar de recreación y convivencia familiar, hoy, este espacio popular, solo representa abandono de las autoridades y de las mismas personas, que frecuentemente evitan caminar por sus pasillos, ya sea por la delincuencia o por su desagradable aspecto.
Aunado a que es imposible apreciar lo poco positivo que aun conserva la Alameda Juan Sarabia, el Ayuntamiento de la Capital autorizó y avala la instalación de más de 300 vendedores ambulantes, con motivo de la celebración de Semana Santa, lo que generará una mayor afectación en la imagen y en el recurso ambiental del parque.
Sumado a lo anterior, existe un área de juegos mecánicos permanente, que no solo obstruye el paso de personas y el estacionamiento de vehículos, sino que es un foco de infección por el derrame de aceites y la acumulación de basura.
Urge, en definitiva, acciones de rehabilitación de rejas y adoquín, limpieza, reparación de luminarias, y otras labores, por parte de las autoridades del Ayuntamiento de la Capital, a cargo de Xavier Nava Palacios.
