A pesar de que existe un departamento de Comercio Municipal y la Unidad de Gestión del Centro Histórico, el primer cuadro de la ciudad, está convertido en un verdadero desorden, con la invasión de comerciantes informales que obstruyen y dan mala imagen a la arquitectura.
Desde hace días, un grupo de personas adheridas al Movimiento Pueblo Libre, se plantaron afuera de Palacio de Gobierno, como protesta en contra del Gobierno Estatal, sin embargo, optaron por extender puestos ambulantes en los alrededores de Plaza de Armas, con venta de ropa, cubrebocas, artesanías y comida. Esto, ha provocado la obstrucción del paso peatonal a quienes acuden a realiza compras o simplemente a caminar.
Esta situación originó la molestia de transeúntes y demás vendedores que si cuentan con un espacio establecido, puesto que además de sufrir la bajas ventas por la situación financiera y de salud en las familias, ahora deben enfrentarse al desentendimiento de comerciantes informales que llegan y se instalan con total impunidad.
Por otro lado, a lo largo del pasaje Hidalgo, otro grupo de vendedores ambulantes ha decidido vender libremente su mercancía, ocasionando más enojo entre comerciantes y locatarios. Estos vendedores, también lo hacen como una protesta al gobierno municipal y estatal, por negarles los permisos de venta de pirotecnia lúdica, durante la temporada decembrina, pues las autoridades justifican que por la pandemia, este año, no habrá la misma cantidad de permisos de este producto.
Mientras que el Gobierno y los manifestantes se ponen de acuerdo, quienes sufren las consecuencias son los visitantes al Centro Histórico y comerciantes que, cada año, esperan un repunte de ventas en esta temporada, pero que ven opacada por este tipo de situaciones.
La regulación del ambulantaje ha sido el mayor fracaso de la actual administración de Xavier Nava, ahora de Alfredo Lujambio, y al parecer, seguirá siendo hasta el término del periodo, sin que se haya erradicado lo que tanto prometieron desaparecer.
