Si eres fumador activo o pasivo, es fundamental que comprendas qué se encuentra dentro de un cigarrillo y cuáles son sus consecuencias para la salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaquismo está relacionado con aproximadamente 8 millones de muertes al año. De estas, 1.2 millones corresponden a fallecimientos de fumadores pasivos.
Además, la OMS informa que el tabaquismo también está asociado con el desarrollo de 20 tipos y subtipos de cáncer, así como con enfermedades cardiovasculares y respiratorias. A pesar de estas advertencias, se estima que en todo el mundo hay más de 1300 millones de fumadores.
Con el objetivo de concienciar sobre los riesgos del consumo de tabaco, se estableció el 31 de mayo como el Día Mundial sin Tabaco desde 1987. Esta conmemoración busca informar a la población sobre los efectos del cigarrillo en la salud.
Esto es lo que contiene un cigarrillo: los cigarrillos y el humo que generan contienen alrededor de 7000 sustancias, de las cuales se considera que 250 son nocivas y 70 están relacionadas con el desarrollo de cáncer.
Los principales componentes de un cigarrillo incluyen:
- Nicotina: Es la sustancia que estimula el sistema nervioso central y genera adicción. Al ser absorbida por la sangre, libera dopamina, pero al mismo tiempo aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
- Alquitrán: Esta sustancia es la responsable del humo del cigarrillo y, al entrar en contacto con los dedos y los dientes, puede dejar manchas amarillentas. Por supuesto, también se deposita en los pulmones y les causa daños.
- Amonio: Es una sustancia que acelera la dispersión de la nicotina en el organismo y potencia su efecto adictivo.
- Ácido cianhídrico: Esta sustancia emite un gas venenoso para el cuerpo que disminuye la capacidad de los pulmones para transportar oxígeno. También puede causar tumores y dañar las células de los tejidos pulmonares.
- Arsénico: El tabaco suele absorber esta sustancia del agua de riego. Es un agente cancerígeno que puede provocar lesiones en la piel.
- Benceno: Otra sustancia cancerígena presente en el tabaco es el benceno, que destruye las células sanguíneas y puede causar anemia.
- Formaldehído: También conocido como aldehído fórmico, esta es otra sustancia cancerígena que se absorbe al fumar a través de la saliva.
