María Luisa: relato de negligencia y maltrato médico, en el IMSS-SLP (1era parte)

Para María Luisa León Reyes, un diagnóstico tardío y equivocado por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sistema de salud al que se encuentra inscrita, fue la causa de que su vida diera un giro inesperado, que no solo afectó su salud física, sino también su estabilidad emocional y económica, circuntancias que, hasta el día de hoy, continua enfrentando.

La falta de profesionalismo y responsabilidad por parte del personal médico, puso en riesgo su vida y ocasionó que perdiera su trabajo de forma definitiva, además de haber desatendido y preocupado a su familia, por su estado de salud.

Durante más de dos años, vivió temor, represión, mentiras, carencia económica y maltrato psicológico por parte de doctores, quienes, se supone, deberían estar capacitados para curar las enfermedades de miles de derechohabientes, de este sistema de salud público.

EL INICIO DE LA PESADILLA MÉDICA

Fue en el año 2009, fecha en que María Luisa se sometió a una cirugía de histerectomía, realizada en la Clínica #1 del IMSS ubicada en Av. Nicolás Zapata. La operación consistió en la extirpación de útero o matriz, debido a la detección de un tumor, misma en que se consideró innecesaria la extracción de ovarios. Fue, únicamente, el útero lo que se extirpó.

Así, transcurrieron 8 años, hasta que a principios del 2017, comenzó a sentir la presencia de dos “bolas” o tumores en la zona del vientre, además de un intenso dolor, por lo que decidió ir a urgencias; días después le programan una nueva entrada a quirófano para la eliminación de esas “dos bolas”, además del ovario derecho.

Primer diagnóstico para la extirpación de dos tumores.

 

 

Al cabo de 6 días de realizarse la operación, la declaran dada de alta asegurándole que podría reincorporarse a su trabajo, sin embargo no tomaron en cuenta un lapso de reposo y recuperación, viéndose obligada a regresar a laborar como promotora de ventas a la empresa, empleo en el que tenía 15 años desempeñándose. Pero fue a los 15 días después, cuando ella se alarmó, pues empezó a observar que una especie de secreción liquida, verdosa, espesa y mal oliente, le salía por vía vaginal; rápidamente y preocupada, volvió a consulta con su médico familiar, pero ahora en la clínica localizada en la colonia María Cecilia. Un nuevo diagnóstico le fue realizado: infección en vías urinarias.

Con el paso de los días, los mismo síntomas continuaron y regresó un par de veces más, hasta que le afirman que padece infección urinaria “marca diablo”, “sin tomar en cuenta el antecedente de la operación de los dos tumores y sin realizarme ningún estudio, me dio antibióticos durante un año y aunque estuve pendiente del estudio de patología durante 3 meses, ese estudio nunca llegó”, relata María Luisa, visiblemente afectada.

Documento que asegura padecer infección de vías urinarias.

Desconociendo el resultado de ese estudio de patología, siguió presentando la misma secreción saliente de su zona íntima, hasta que a finales del mes de febrero del año 2018, un fuerte dolor en las dos piernas, la inmovilizó.

Estando en urgencias, fue sometida a una serie de análisis clínicos, y fue en ese proceso cuando encontró el estudio de patología, realizado un año antes, cuya fecha de emisión correspondía a seis meses antes y del cual nunca fue notificada, llevándose una enorme sorpresa y una impotencia indescriptible.

A los pocos días, un médico oncoginecologo revisa su expediente y su situación de salud, dándole la peor noticia de su vida: “tienes cáncer etapa 4 con metástasis en pulmones y tromboflebitis, además de un coagulo en vena cava, no hay más que hacer por ti, vete a tu casa, te quedan tres meses de vida”. Fue desgarrador e inconcebible, “¿cómo es posible que los mismo doctores te digan de la manera más cruel, que te vas a morir y que no hay nada qué hacer?”, expresa recordando aquel momento, cuando el mundo y la alegría de su vida los vio caer.

No obstante, María Luisa no aceptó la respuesta del doctor, pues su fe y creencia en dios le decía que buscara otro final, otro diagnostico que le diera la esperanza de seguir luchando por su hija, por su familia y proseguir haciendo lo que tanto le gusta. Fue así, decidida, acudió a una clínica particular. Ahí, la respuesta fue distinta y aunque le confirmaron la presencia del cáncer en su organismo, le recomendaron realizarse un tratamiento de quimioterapias. Se sometió a un ciclo de 9 “quimios” desde abril del 2018 y hasta octubre del mismo año, superando los 3 meses de vida que le había diagnosticado aquel médico familiar en el IMSS.

En octubre, acude nuevamente a la “clínica de Zapata” con una nueva orden de extirparle el tumor maligno, pues ya se había reducido su tamaño y estaba en condiciones de ser intervenida; fue operada el 3 de diciembre del 2018. En enero del 2019, en revisión, el mismo oncólogo que le había dado 3 meses de vida, comienza una aparente venganza en su contra, esto, luego de recordar su caso y darse cuenta que logró tumbar su versión médica, al asistirse en una clínica particular. María Luisa recuerda lo que le dijo el oncólogo: “ahora, se te van a hacer tumores en todo el cuerpo ya que corrieron células cancerosas, así que, aquí la espero cuando sienta otra bola y la operaremos mientras su cuerpo resista”. Sin embargo, no sucedió nada de lo dicho por el doctor.

En la siguiente cita, en abril, aparecen “dos bolitas”, al acudir a revisión, un nuevo oncólogo le afirma que se trata de dos hernias, las cuales se originaron por sobrepeso, “necesita hacer una hora de spin diaria, ya no la podemos operar porque ya no resiste una cirugía más”, fueron las palabras del médico. De nueva cuenta, acude a un servicio particular y le sustraen las dos hernias sin ninguna complicación.

Pero la pesadilla no terminó ahí, el pasado 20 de agosto, se reencuentra con ese mismo doctor, y al igual que su colega, toma una actitud negativa y de revanchismo, por haber acudido a atenderse de manera particular. En la cita, la examina y otra vez le diagnostica dos nuevos canceres, uno endometrio y otro de ovario, lo que ¡ya no es posible!, exclama.

Debido a este “nuevo diagnostico”, actualmente tiene programado volver a intervenirla de manera paliativa no curativa, pero María Luisa se cuestiona el cómo es posible que le hayan vuelto a diagnosticar cáncer, cuando en revisiones médicos privados le han confirmado que su estado de salud es estable y que, incluso, su caso podría ser considerado como un milagro, luego de que tardaron meses en darle a conocer el cáncer que ya se desarrollaba en su cuerpo, gracias al desinterés médico y la falta de compromiso por parte de los doctores que la atendieron.

En este momento, María Luisa tiene un perfecto estado de salud. El cáncer que padecía desapareció de su cuerpo gracias a que acudió a atenderse de manera particular, aun cuando cuenta con el servicio en el IMSS.

DAÑOS COLATERALES: SIN TRABAJO Y CARENCIA ECONÓMICA

Durante los dos años de tratamiento y revisiones constantes a las distintas clínicas del IMSS, en su trabajo le dieron una pensión directa y permanente, cuando lo justo y correcto era que le otorgaran la pensión eventual, por el tiempo en que duraba su atención y recuperación.

María Luisa, de profesión en Administración de Empresas, tiene una experiencia laboral de XX años, empleo que disfrutaba y era bien renumerada, pero que debido a la injusta pensión permanente, ahora solo percibe la cantidad de $4 500 pesos mensuales, monto que no alcanza a cubrir sus necesidades básicas como madre de familia ni tampoco en su situación de desempleo.

Aunque ha recuperado su salud y tiene la firmeza y ganas de salir adelante, parte de su esfuerzo lo ha estado invirtiendo en exigir justicia, a través de una demanda penal por negligencia médica en contra del Instituto Mexicano del Seguro Social y en contra de los doctores que la atendieron y que hasta la fecha, siguen maltratándola psicológica y emocionalmente.

 

En la segunda parte de esta nota, el día de mañana, les presentaremos el sentir emocional y, a detalle, cómo ha encontrado la fortaleza interna para superar un proceso que marcó su vida, así mismo los tropiezos en la búsqueda de justicia, ahora con abogados del IMSS, quienes le han bloqueado el avance de una demanda.

Aquí, la segunda parte de la nota:María Luisa: relato de negligencia y maltrato médico, en el IMSS-SLP (2da parte)

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